30 de abril de 2024
“Hasta que no dejemos claro que la violación tiene consecuencias reales y nefastas, nunca cambiaremos el rumbo”.
de ANUE
Información informativa de la Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, Danai Gurira, ante el Consejo de Seguridad de la ONU en el debate abierto anual sobre la violencia sexual relacionada con los conflictos, sede de la ONU, 23 de abril de 2024.
«Ochenta céntimos es todo lo que necesitas para comprar a un niño y violarlo en una llamada Maison de Tolerance en un campamento para personas desplazadas internamente en el este de la RDC [República Democrática del Congo].» Así comienza el discurso arrebatador de la embajadora de ONU Mujeres, Danai Gurira.
La embajadora explica que este es el mundo en el que todavía vivimos, donde las zonas de conflicto son zonas de terror para mujeres y niños. Lo que más sorprende es cómo estos crímenes se cometen en todo el mundo, cuán vasto y extendido se ha vuelto el problema, pues esta situación se ha vuelto prevalente en más países, no en menos.
Danai Gurira hace un llamamiento urgente a los Estados miembros por la la trágica realidad de violencia sexual que se esconde en todas las zonas de conflicto alrededor del mundo. El discurso llama la atención sobre la escala global de la violencia sexual relacionada con conflictos, mencionando países y regiones específicas donde es rampante. Critica a los medios por no cubrir adecuadamente estas atrocidades y destaca la importancia de amplificar las voces de los sobrevivientes.
La embajadora discute los conflictos en curso en Sudán, la República Democrática del Congo (RDC) y Etiopía, donde la violencia sexual continúa sin cesar por causa del papel que ostenta el gasto militar y la proliferación de armas en la perpetuación de estos crímenes. Debido a ello, se aboga por el control de armas como medio para combatir la violencia sexual.
No obstante, también destaca fehacientemente la impunidad como un problema importante, con los perpetradores a menudo evadiendo consecuencias debido al poder político o la intimidación. El discurso exige responsabilidad y justicia para los sobrevivientes, condenando las culturas de impunidad que permiten que estos crímenes persistan.
Es por ello que la embajadora Gurira insta a los Estados miembros a tomar medidas para prevenir la violencia sexual en conflictos, enfatizando la necesidad de consecuencias reales para los perpetradores y cambios sistémicos para abordar las causas fundamentales del problema. Concluye instando a esfuerzos incansables para combatir la violencia sexual y proteger a las víctimas más vulnerables.
«Debemos reconocer a mujeres y sobrevivientes en todo el mundo. Nada es más peligroso que los crímenes que no son reconocidos, crímenes que no son vistos y se les permite persistir.»