7 de febrero de 2022

Acabar con la Mutilación Genital Femenina debe ser una prioridad

de ANUE

La Mutilación Genital Femenina viola los derechos humanos y es uno de los actos más crueles de violencia de género. Vulnera el derecho de las mujeres a la salud sexual y reproductiva, a la integridad física, a no sufrir discriminación y a no ser sometidas a tratos crueles o degradantes. Según datos de la ONU, en el mundo al menos 200 millones de niñas y mujeres han sufrido esta atrocidad. 

A colación del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, ONU Mujeres pide que se financien medidas que apoyen a organizaciones de mujeres y a servicios sanitarios que acogen a las sobrevivientes de mutilación. Ya se ha demostrado que estas medidas son efectivas, pues actualmente hay un tercio menos de probabilidades de que las niñas sufran esta vulneración de sus derechos, en comparación con tres décadas atrás. Aunque a consecuencia de la COVID-19, están volviendo a aumentar los casos. Esto se debe a que millones de personas se han visto empujadas a la pobreza extrema a causa de la crisis derivada de la situación sanitaria y muchas mujeres que habían dejado de mutilar a niñas se ven en la obligación de volver a ejercer esta práctica para conseguir dinero, ya que se han quedado sin otra fuente de ingresos. Lo cual también supondrá que aumenten los índices de matrimonio infantil. 

Además, en estos últimos dos años de pandemia, 11 millones de niñas se encuentran en riesgo de no poder volver más a la escuela. Lo que significa que, en el futuro, estas mujeres sin educación tienen más probabilidades de apoyar esta cruel práctica. Si sigue esta tendencia, en 2030 habrá hasta 2 millones más de casos de MGF, que en otras condiciones se podrían haber evitado. 

La mutilación genital femenina es la “eliminación parcial o total de los genitales externos femeninos y otras lesiones de los órganos genitales femeninos por razones no médicas” que suele producirse entre los primeros meses de vida de las niñas y hasta los 15 años. La operación se realiza sin anestesia y con instrumentos precarios. Evidentemente, no tiene ningún beneficio para la salud, sino todo lo contrario. Lo único que produce son graves consecuencias, tanto físicas como mentales. Físicamente, supone un fuerte dolor, infecciones, sepsis, hemorragias, daños en la uretra, relaciones sexuales dolorosas, complicaciones en los partos, cicatrices anormales o incluso la muerte. Por otro lado, las consecuencias psicológicas implican ansiedad, depresión, traumas y que muchas víctimas se sientan incompletas.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es uno de los mecanismos que ONU Mujeres impulsa para colaborar con líderes comunitarios para conseguir aprobar medidas y promover cambios con el objetivo de abolir la Mutilación Genital Femenina. También financian proyectos destinados a mujeres para que puedan ganarse la vida con la agricultura sostenible, la fabricación de jabón o la confección de ropa, y así no dependan de los ingresos que les proporciona esta aberración a los derechos humanos. 

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